Y LES DIJO: ID POR TODO EL MUNDO Y PREDICAD EL EVANGELIO A TODA CRIATURA MARCOS 16:15

jueves, 15 de agosto de 2013


<<<Directora de Nuestros Trabajos en Haití y RD>>>
"Esta Amada Joven; Mónica Lafón Alexander, de origen Haitiano, aquí en su Graduación de Escuela Superior, osea el cuarto año. Ha sido huérfana de padre y madre desde su niñéz. La conocí en el año 2001 viviendo con una medio hermana en un sitio de Extrema Pobreza en un suburvio en La Romana, RD. Recibió Revelación que iba a ser Doctora. Hoy en día es Una Prominente Doctora en Higüi, RD. Pertenece al Cuerpo Ejecutivo de Nuestro Ministerio y Directora de Nuestros Trabajos en Haití y RD." "Es un Gran Fruto y Vivo Ejemplo del Árduo y Duro Trabajo en este País." "Nunca la he ohído mencionar Pruebas u Obstáculos. ¡¡Toda La Gloria de Mi Gran Señor!!
<<<Alas como de paloma>>>
<<Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría.>> —Salmo 55:6
David suspiraba mientras decía: «¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría» (Salmo 55:6). En mi caso, construiría una cabaña en medio de las montañas o me apostaría permanentemente en una torre de vigía. Cuando la vida me agobia, yo también anhelo salir volando y descansar.
David escribió abiertamente sobre sus circunstancias: Violencia, opresión y luchas lo acosaban de todas partes, generadas por la deslealtad de un viejo amigo (55:8-14). El miedo y el terror, la angustia y el temblor, la ansiedad y la desazón lo abrumaban (vv. 4-5). ¿Es extraño que deseara salir volando?
Pero era imposible escapar. No podía esquivar su destino. Solamente podía entregarle a Dios sus circunstancias: «En cuanto a mí, a Dios clamaré; y el Señor me salvará. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz» (vv. 16-17).
Independientemente de cuáles sean nuestras circunstancias (un ministerio agobiante, un matrimonio difícil, falta de trabajo o una profunda soledad), podemos entregárselas al Señor. Si Él cargó el peso de nuestros pecados, ¿acaso no quitará el agobio de nuestras angustias? Si le hemos confiado nuestra alma eterna, ¿no podemos entregarle nuestras circunstancias actuales? «Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará…» (55:22).(David H. Roper)
<<Como Dios nos cuida, podemos entregarle nuestras angustias.>>



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